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Parece ser que este invierno el frío se ha dejado caer por otros lugares porque, la verdad, que estamos disfrutando de unos días de sol propios de los meses de primavera.
Hoy te damos una idea para que aproveches el buen tiempo haciendo lo que más te gusta, cuidando de tu jardín
A veces cuesta encontrar maceteros de gran tamaño o bien, que sean, originales. ¡¡Tenemos la solución!! En este post descubrirás cómo hacer tus propias jardineras con palés de madera.
Ponte manos a la obra y personaliza tu jardín. Es un proceso un poco entretenido pero vale la pena.
Qué necesitas:
- Un palé de madera adecuado.
- Una sierra de mano o de vaivén.
- Un martillo o taladro eléctrico.
- Dos tamaños de tornillos y clavos de unos 4 cm u 8 cm.
- Un cortafrío, una cuña para madera y un martillo de hierro.
- Un pincel y pintura no tóxica.
¡Atención!
Una de las cosas más importantes que debes tener en cuenta antes de empezar es la elección del palé:
- Los palés que utilices deben estar en buenas condiciones, sin putrefacción y sin que hayan sido tratados con insecticidas químicos,
- Para ayudarte a encontrarlo, debes tener en cuenta que esté sellado dos veces con cierta información marcada de color verde en la imagen siguiente. No utilices palés en los que estén impresas las letras MB.
Cómo hacerlo:
Paso 1: corta el palé en tres partes iguales. En el ejemplo de imagen, tiene 9 listones, por lo que habría que cortarlos de tres en tres, es decir, cortar entre el listón 3 y 4 justo por la mitad y entre el 6 y el 7. Si fuera de 12 listones, cortarías cada cuatro. A continuación, quita los trozos de madera sobrantes y guárdalos para el paso 3. En la siguiente imagen puedes comparar el resultado de cómo queda el palé una vez realizado este paso.
Paso 2: fija los dos extremos a la parte media de la plataforma. Para ello, atornilla bien desde el otro lado de la pieza intermedia (parte inferior). Para que te resulte más sencillo fijar las tres partes, lo mejor es darle la vuelta a la maceta.
Paso 3: coge los trozos de madera que te han sobrado del paso 1 y sepáralos en tablones y bloques individuales. Para ello, puedes utilizar el cortafrío con el martillo, evitando así que se te rompa el material. Debes hacerlo con mucho cuidado porque el material es muy frágil.
Paso 4: utiliza los tablones para crear los lados y los bloques para los pies. Con los tornillos pequeños, fija los tablones en los laterales para crear los lados de la maceta, y con los tornillos más grandes, fija los bloques debajo de la maceta para formar los pies.
Paso 5: ¡maceta finalizada! Ahora sólo tienes que girarla y ya estará lista. Si quieres, puedes pintarla con pintura no tóxica del color que quieras para terminar de decorarla.
Paso 6: añade ahora la tierra, escoge la planta que más te guste (e incluso varias), y ya la puedes plantar para que tu maceta de palés tenga vida.
¡Anímate! Con estas macetas, tu jardín estará a la última y con una fantástica decoración personalizada a tu gusto.
Estos días ya se empieza a ver esa pelusilla blanca que aparece todos los años con la llegada de la primavera.
Se desprende de los chopos y los álamos, las especies de árboles más comunes en zonas urbanas por su elegancia y altura. Contrariamente a lo que se cree, y a lo que informan algunos medios de comunicación, esta pelusa blanca no es polen. Se trata del método de diseminación de estos árboles: sus semillas se transportan en estas bolas de hebras blancas, tan ligeras que pueden recorrer grandes distancias fácilmente.
A pesar de no ser polen, no deja de ser molesto sobretodo si hay aire. Producen un leve picor en los ojos, cosquilleo en la nariz e incluso hay peligro de que entren en la boca.
La postal de una calle cubierta por un manto blanco, como si se tratara de nieve, es muy bonita a la par que incómoda para las personas. ¿Cómo evitar esta invasión sin renunciar a la elegancia de un chopo? Muy sencillo: plantando chopos macho. Son las hembra las que se encargan de la diseminación.